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LA IMPRENTA EN EL RÍO DE LA PLATA, ENTRE EL PERÍODO COLONIAL Y LA EMANCIPACIÓN POLÍTICA

La Compañía de Jesús construyó una imprenta con mano de obra guaraní en 1700 en la Misión de Loreto, en la actual provincia de Misiones.
Los impresos estaban al servicio de la política evangelizadora de la Orden, publicando textos bilingües de los padres, sermones y explicaciones del catecismo elaborados en guaraní por el cacique Nicolás Yapuguay.
Los tipos eran de estaño, el papel era importado de Europa y la tinta se la hacía con una mezcla de varias hierbas, sobresaliendo la yerba mate.
En 1764 los jesuitas importaron de Italia una imprenta para el Colegio de Monserrat, en Córdoba, con el objeto de publicar trabajos para los estudiantes y sus tesis de graduación. Ésta funcionó hasta 1767, cuando los jesuitas fueron expulsados.
En 1779 el Intendente de Buenos Aires solicitó permiso al rey para introducir una imprenta en la ciudad, y el virrey Vértiz pidió al rector de la Universidad de Córdoba que le enviara la que estaba arrumbada en su sótano. Así es que se creó en 1780 la Real Imprenta de Niños Expósitos, siendo sus primeros tipógrafos los mismos infantes huérfanos.
La Real Imprenta imprimió documentos para la administración, textos para escuelas, y los primeros periódicos que difundieron el pensamiento ilustrado en el Virreinato.
Los revolucionarios de Mayo la utilizaron para construir la opinión pública y difundir su ideario, por ejemplo a través de La Gaceta de Buenos Aires.      

Artista plástico. GIANNI DALFIUME
Técnica ultilizada. Tinta china negra y tintas de colores sobre papel.
Biografía. 

Gianni Dalfiume nació en Bologna y a los cinco años vino con sus padres a la Argentina.

Alumno de Miguel Angel Reppetto, lo llevo a ser dibujante de numerosas revistas de historietas. Desde inicios de los 60 fue editor, ocasional guionista, y su dibujo dio continuidad al camino que signó el Sargento Kirk de Oesterheld-Pratt encarando el género de cowboys como escenario de conflicto entre culturas en una línea de producción donde la historieta argentina creó una mirada distintiva, honda y alejada de estereotipos. El Jackaroe que dibujó durante décadas sobre guiones de Robin Wood es uno de sus personajes más recordados.

Su trazo reciamente expresivo, sus composiciones de atmósferas tensas, palpables y las personales secuencias de dinamismo vertiginoso, destacaron a esta serie popularizada en la revista D’artagnan.

En el año 2015, la Editorial Ferullo Burke realizo un libro con lo mejor de sus producciones a lo largo de su trayectoria.