La obra pertenece a una serie llamada “Escrituras” y está vinculada al trabajo de la representación gráfica de signos: la Escritura.
En este caso la escritura se convierte en una abstracción, nos explica Fernanda: (…) cuando la ves, visualizas algo relacionado a lo escrito pero en realidad no tiene grado de legibilidad. Yo lo hago porque me gusta la caligrafía, me gusta escribir y en un momento la repetición de estas líneas se convierte en un mantra. Me transporta a otro lugar.
Por otro lado, la artista de la muestra, señala que la obra tiene que ver con “la posibilidad de volver a escribir”. “No solo volver a escribir por recuperar la posibilidad de la escritura o la lectoescritura, si no volver a escribir como una posibilidad de la Esperanza. Hay una nueva historia que se puede trazar. Partir de la palabra escrita y volver a esa fuente, me parece fundamental para reconstruir nuevos mundos”.
El soporte elegido en esta obra es el papel y el procedimiento es serigrafía: un sistema de impresión que le permite a la Artista la continuidad y la repetición de la imagen.
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